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jueves, 2 de mayo de 2013

Dicotomia del bien y el mal


Legado de nuestros antepasados, me temo que he estado pensando demasiado lo que nos pasa en nuestras pequeñas mentes, me imagino que no mucho, con legado me refiero a entender porque la gente se esmeraría tanto por defender lo bueno de lo malo, no me explico. Por eso existen las preguntas y sus posibles respuestas que serían relativas si ciencia se quiere lograr, así como éste tema del que tanto se habla. Puede que yo escriba demasiado, las palabras vienen de mi mente como una fuente que se le asemeja, pero no pueden tener sentido entonces. Colaboro con la idea de incrementar, aún así, la cultura. 
No pretendo descifrar a la humanidad, solo opto por un razonamiento que tengo de ellos que me trae tranquilidad cuando lo escribo. Déjame serte sincero, esta es mi tarea de la escuela. Pero aún así daré lo mejor de mi, siempre es suficiente eso. 
He leído mucho a Nietzsche y me encanta, se podría percibir un tanto de su narcisismo en mis escritos, que tanto me halago a mi mismo de escribir. 
Cómo extraño cuando mi alma estaba intacta, cuando era un niño que miraba todo el mundo y todo era inverosímil. Cuando decides optar por lo que está mal, no lo sabrías, eres un niño. Una comparación inmediata, que me da fastidio pero que al mismo tiempo es cierta, es la del perro al humano, me causa fastidio porque me siento mal por comparar a un ser tan noble como el perro con el humano malvado por naturaleza, mi comparación es la siguiente: El perro defeca en un lugar inapropiado, le pegan, el animal después de unas 7 u 8 veces de haber sido corregido comprende que lo que hace no está permitido. ¿El humano se le podría comparar entonces? al fin y al cabo el humano es un animal más, solo que es el único que cree que razona, y me temo que conforme me adentré a saber eso, no fue lo mismo, me salí de lo que la sociedad me ponía. No soy un antisocial, un antisocial destruye a la sociedad, yo solo quiero poner orden por medio del caos. Por eso extraño cuando lo tenía en mi mente, todo aquello que me hacía ser parte de la sociedad como tal y que me hacía regocijarme, pero no sé exactamente qué es lo que encontraré al final, si felicidad, o más caos en mi ser, porque conforme uno va conociendo más, pareciera que se hace más infeliz con el tiempo, al menos funciona para las personas que no conocen mucho, soy felices por su bendita ignorancia. Dije que lo extraño, pero aún así, ya no quiero volver, es una aventura que me parece, es mucho más fascinante que la aburrida moral que fluye a hontanares. Acepto el hecho de ser una persona frustrada de la ira que tanto tengo arraigada a mi ser. No sería de sorprenderse que algún día mate a alguien, pero hay tantas formas de matar mi alegoría va a tu mente. Y por eso quiero empezar por aquí. Mi risa macabra más satisfactoria.

Con amor, El color que vino del desquicio